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martes, 13 de marzo de 2012

Historia de Maserati

A finales de 1800, nacieron seis hermanos que tuvieron que tenían una afición desmedida a los coches de carreras. Los hermanos se llamaban Carlo, Bindo, Alfieri, Ettore, Ernesto y Mario, y su apellido fue el inicio de la historia de Maserati.

La historia de Maserati comienza con Carlo. Nació en 1881, fue el primero de todos, y un enfermo de la velocidad. El era un genio. Era ingeniero y trabaja en una desarecida marca de bicicletas llamada Affori. En esa fábrica se le ocurrió diseñar un motor de combustión interna para ponerlo en las bicicletas. Carlo consiguió que entrara en producción, además se le pidió que pilotara el velocípedo motorizado, y ganó algunas importantes carreras. Después de su etapa como ciclista a motor, fue piloto de pruebas de Fiat, y de Isotta-Fraschini, un fabricante italiano de automóviles de lujo de aquellos tiempos.

Carlo Maserati murió en 1910 de tuberculosis, pero hizo que Isotta-Fraschini uniera a todos los Maserati antes de dar el paso para crear su marca. En esa lujosa empresa de coches conocieron a Bindo, otro ingeniero que empezó como mecánico, Alfieri, también ingeniero, y Ettore, que tenía los mismos estudios que sus hermanos y que comenzó a trabajar para Isotta-Fraschini a la muerte de Carlo.

El único que no se manchó las manos con grasa, y aceite fue Mario, pero sí lo hizo con las pinturas de sus cuadros. Fue pintor y tuvo un papel importante en la historia de Maserati, ya que él diseñó el escudo de la marca, basado en tridente de la Fuente de Neptuno en Bolonia.

Después de fabricar motores, de ser pilotos de pruebas con distintas marcas, de ganar carreras, y sobre todo de trabajar para otros, el 1 de Diciembre de 1914, Ernesto, Ettore, y Alfieri fundaron Societa Anonima Officine Alfieri Maserati.

Alfieri y sus hermanos, en representación de su nueva empresa, ponían a punto los coches de Isotta-Fraschini, además de hacerlo para otras marcas. Tenían un taller de calidad donde se reunían muchos conocimientos, y mucha experiencia.

Alfieri Maserati era empresario y piloto de prestigio que ganaba carreras. Después de una de esas competiciones, un fabricante italiano llamado Diatto le ofreció la oportunidad de diseñar los coches de carreras de su empresa y pilotarlos, y la aceptó.

En 1926 Alfieri dejó Diatto, y se dedicó, junto con sus hermanos, por completo a su taller. Fue cuando Maserati produjo su primer vehículo el Tipo-26. Este coche se estrenó en la Targa Fiorio, y quedó primero de su clase, con Alfieri a sus mandos. Después de esta hazaña ganarían el Campeonato de Constructores Italianos.

Pero lo que de verdad hizo importante a Maserati fue su record de velocidad de la clase C en 1929, con un coche con un motor de dieciséis cilindros llamado V4. Esto consiguió que la compañía despegara y buscara mayores retos.

El Maserati V4 era un precioso automóvil de carreras que tenía un motor compuesto por dos bancadas en V estrecha de ocho cilindros cada una, y una cilindrada de 4,0 litros, de ahí su nombre. El piloto que batió el record de velocidad terrestre fue Baconino Francesco Domenico Borzacchini, y lo hizo el 28 de septiembre de 1929, en una distancia de diez kilómetros, alcanzando 246,069 km/h.

Tres años después de esta espectacular marca, y con la fama de Maserati creciendo, murió Alfieri, el 3 de marzo de 1932. Su última creación fue el Maserati 8C, coche que no pudo ver rodar porque no le dio tiempo a finalizarlo. Fue en esta época cuando Bindo Maserati se uniría a la Societa Anonima Officine Alfieri Maserati. La muerte del hombre más importante, talentoso, carismático, y creativo de la familia no fue un obstáculo para que sus hermanos continuaran con la historia de Maserati, y su sueño común.

En 1933, un tipo lento como una tortuga, Tazio Nouvalori se unió a Maserati para poner a punto el chasis del coche inacabado de Alfieri, el ocho cilindros de tres litros. Nouvalori ganó con este vehículo el Gran Premio de Bélgica, el Gran Premio de Niza, y la Coppa Ciano, carrera en la que Tazio se llevó más victorias desde que comenzó en 1921, hasta que finalizó en 1947.

En 1937, y cuando pasaban por dificultades económicas, los hermanos Maserati vendieron sus acciones a la familia de Adolfo Orsi, cuya cabeza pensante era un rico industrial italiano, este firmó un contrato de permanencia con los hermanos para diez años. En 1940 la compañía se trasladó a Módena, lugar donde los Orsi tenían sus plantas de acero, y ciudad que sigue siendo la sede de Maserati.

Luego llegó la guerra, la fábrica de coches se reinventó y empezaron a fabricar componentes eléctricos, herramientas, bujías… etc. La Segunda Guerra Mundial finalizó en 1945, y Maserati comenzó de nuevo a construir lo que mejor sabía hacer; coches de carreras.

Cuando el contrato por diez años de los hermanos Maserati con Adolfo Orsi venció, Ettore, Ernesto, y Bindo fundaron Officine Specializzate Costruzioni Automobili – Fratelli Maserati Spa, denominada abreviadamente Osca. Ellos siguieron construyendo coches de carreras, no tuvieron tanto éxito como con su marca inicial, pero consiguieron venderle Osca a Dominico Augusta, propietario de MV Augusta, en 1963. Seguro que le metieron un buen gol a Dominico porque la compañía cerró en 1967.

Mientras todo esto pasaba Adolfo Orsi hacia crecer Maserati en las carreras. Uno de sus fichajes estrella fue Juan Manuel Fangio, el argentino más rápido del mundo. Este le dio a Maserati, durante la década de los 50, una serie de victorias impresionantes, hasta que consiguió darle a la marca italiana un mundial.

Maserati se retiró de la competición en 1957, después del gravísimo accidente de un Ferrari 4,2 litros conducido por Alfonso de Portago, y copilotado por Edmund Nelson. El coche se salió de la pista a 250 km/h en el pueblo de Guidizzolo. Un reventón de una rueda se llevó la vida de sus ocupantes, y diez espectadores más, entre ellos cinco niños. El piloto del Ferrari quería ganar la carrera a toda costa, y tardó demasiado en cambiar sus desgastados neumáticos. Por este suceso le cayó un buen paquete a Enzo Ferrari, que fue denunciado por homicidio hasta que en 1961, y después de un largo proceso, se desestimó.

A partir de ese año Maserati fue desvinculándose poco a poco de las carreras, aunque suministró motores para equipos de Fórmula Uno. Con el discurrir de los años los vehículos de producción fueron lo más importante.

En 1968 Citroen adquirió las acciones de la familia Orsi, e hicieron algún experimento con ruedas que les salió bien. Un Citroen SM ganó el Rally de Marruecos. Pero en 1973 la terrible crisis del petróleo empezó a hundir el barco de Maserati. Hasta que el 23 de Mayo de ese mismo año Citroen, después de firmar un acuerdo con Peugeot, se lavó las manos y la puso en liquidación.

Para evitar su cierre y la pérdida de puestos de trabajo, el gobierno italiano se hizo con el control de la sociedad. En agosto de 1975 Benelli, y el piloto argentino Alejandro De Tomaso, se hicieron con las riendas de Maserati y comenzaron a reflotarla. Y fue en 1993 cuando Fiat Auto adquirió Maserati.

En 1997 la compañía cambia de dueño, y es Ferrari la que le compra a Fiat todas sus acciones el 1 de julio de ese mismo año. Esa es la fecha clave para el renacer de una empresa que siempre ha construido deportivos.

Los Maserati comenzaron su historia en unas oficinas alquiladas en la Via dé Pepoli, en el centro histórico de Bolonia, y desde aquellos años han pasado por distintas manos, y por distintas crisis, pero gracias a Ferrari, propiedad del gran grupo Fiat, han crecido hasta ser una de las más exclusivas marcas de deportivos del mundo.

Una marca que ahora no olvida la afición por la velocidad, y la competición de los hermanos Maserati.

Fuente: curvasenlazadas.com

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